Las verduras y hortalizas de temporada nos aportan lo mejor de sus propiedades en el momento en que más las necesitamos. Entre las verduras y hortalizas de otoño hallamos variedad de texturas, colores y sabores, que nos aportas diferentes beneficios para la salud, desde propiedades depurativas y antioxidantes, hasta propiedades preventivas del cáncer. ¿Pero qué nos dan cada una de ellas?

Maíz, para mejorar la potencia mental

Originario de México, donde se cultiva desde hace 10.000 años, hoy día el maíz es el cereal con mayor volumen de producción mundial. Las variedades de maíz dulce se cultivan para consumo humano, mientras que otras variedades se emplean para alimentación animal y elaboración de derivados para alimentación humana (como harinas, aceites, etc.). Además de ser energético y saciante gracias a su contenido en hidratos y fibra respectivamente, el maíz es rico en vitaminas del grupo B, sobre todo la B1, esencial para la absorción de energía de los alimentos y la glucosa por parte del cerebro.

Puerro, antibiótico natural

De origen incierto, el puerro ya se cultivaba en la cuenca oriental del Mediterráneo hace unos 4000 años, ya cultivada por egipcios y hebreos. Los romanos lo introdujeron en Gran Bretaña y, en la Edad Media, el puerro fue un alimento muy popular en Europa. El puerro es un antibiótico natural ideal para la salud del intestino. A su vez, gracias a sus compuestos azufrados, tiene propiedades fluidificantes de la sangre, que mejoran al circulación y ayudan a prevenir trombos y coágulos. Además, es un buen diurético y, gracias al potasio, es ideal para acompañar comidas ricas en sodio, ya que ayuda a equilibrar el exceso de sal en la dieta

Achicoria, para fortalecer el aparato digestivo

De origen mediterráneo, la achicoria ya era conocida en el antiguo Egipto, y los romanos la tomaban cruda, cocida e incluso en infusión. Existen variedades silvestres y cultivadas. Las variedades silvestres se utilizan con fines medicinales, y las cultivadas para la alimentación. Estas se caracterizan por sus hojas dentadas y su sabor amargo. Además, la achicoria ha dado origen a verduras como la escarola o la endibia. Entre otras propiedades, la achicoria favorece la digestión y estimula el apetito, además de tener propiedades laxantes suaves y contribuir a la buena salud del hígado.

Patatas, y mejora tu digestión

Originaria de América, donde existen más de 100 especies silvestres, en Europa la patata fue una planta ornamental hasta el siglo XVIII. Hoy día es el cuarto cultivo alimentario del mundo, y resulta un ingrediente tan versátil como completo. Las patatas son buenas para los trastornos digestivos leves, y se recomiendan al vapor o hervidas en dietas astringentes. A su vez, en zumo o con su pulpa en crudo se pueden aplicar directamente sobre quemaduras leves, picaduras de mosquitos o eczemas.

Boniatos, dulce antioxidante

También conocido como batata, patata o papa dulce, camote o kumara, según la mayoría de las fuentes, el boniato procede de Indostán, aunque otros creen que viene de América. Hay muchas variedades de boniato, con piel blanca, naranja, roja o morada y pulpa blanca, amarilla, naranja, roja o púrpura. Aunque a menudo se le cree pariente de la patata, no pertenece a la misma familia botánica. El boniato se debe consumir siempre cocinado, pues crudo no se puede digerir bien. Además, cuanto más lenta es la cocción, más se agudiza su característico sabor dulce. Destaca por su riqueza en vitaminas del grupo A, con propiedades antioxidantes, y es bueno para la vista y la circulación.

Setas, para remineralizarte

Griegos, romanos o celtas, entre otros muchos pueblos, ya recolectaban setas para usos gastronómicos, aunque hasta el siglo XVII no se empezaron a cultivar. Hoy en día la evolución de ese cultivo hace accesibles muchas de las especies comestibles. Las setas aportan vitaminas del grupo B, y también minerales cómo potasio, para la regulación de líquidos; selenio, un potente antioxidante, o fósforo. En el caso de este último, no sólo lo contiene, sino que favorecen la absorción de fósforo así como de calcio, lo cual contribuye a la remineralización de huesos y dientes.

Cebollas, y evita la retención de líquidos

Originaria del sudeste de Asia, la cebolla ayuda a disminuir los niveles de azúcar en sangre, gracias a la glucoquinina, una sustancia hipoglucemiante que actúa como “insulina vegetal”. A su vez, la cebolla depura la sangre, y la alicina y la aliína (que contiene en cantidades mayores que el ajo) contribuyen a la reducción de la tensión arterial y tienen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Además, la cebolla tiene propiedades diuréticas, siendo muy adecuada en casos de retención de líquidos por reumatismo, gota, etc.

Nabo, un alimento para prevenir el cáncer

Se cree que el origen del nabo es europeo, donde se empleaba desde tiempos prehistóricos, aunque también se cree que procede de Asia Central. El nabo en crudo tiene un característico sabor picante y amargo. Y esto se debe a que es rico en glucosinolatos. Estos tienen propiedades antioxidantes y previenen diferentes tipos de cáncer, por lo que es muy recomendable comer nabo crudo, que rallado se puede incorporar a ensaladas. A su vez, el nabo es conocido como un remedio diurético natural, por lo cual previene la retención de líquidos y tiene propiedades desintoxicantes.

Chirivía, otro modo de tomar vitamina C

La chirivía es originaria de Europa, donde se cultivaba ya en época romana, aunque cobró gran relevancia como alimento en la Edad Media, hasta que se vio desplazada por la patata y la zanahoria. Más dulce que la zanahoria, pero a su vez más fibrosa, la chirivía es ideal para caldos y para comer asada. Gracias a su riqueza en fibra, ayuda al control del colesterol. A su vez, la chirivía es rica en vitamina C, que estimula las defensas y tiene propiedades antioxidantes.

Calabaza, antioxidante por excelencia

Originaria de América, donde crece silvestre desde ciertas zonas de E.U.A hasta Argentina y Uruguay, se sabe que cinco especies de las muchas que existen fueron domesticadas independientemente y el cultivo de alguna de ellas ya se registra hace 10.000 años. Los carotenos son los que le dan su característico color, que puede variar de más amarillento a más anaranjado. Pero a su vez, los carotenos son potentes antioxidantes, que se complementan con los licopenos y vitamina C que también contiene la calabaza. Además, los carotenos previenen el cáncer, son buenos para la visita.

Escrito por:uranda

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